viernes, abril 23, 2010

Life is not a spectator sport


Había yo buscado esta cita por largo tiempo, por fin, gracias a la magia de internet, lo encontré. Es de la serie de grey's anatomy de un capítulo que un día vi, ya por ahí había puesto la traducción. Y dice así:
Life is not a spectator sport. Win, lose, or draw, the game is on. So go ahead... argue with the ref, change the rules, cheat a little, take a break and tend to your wounds. But play. Play. Play hard, play fast... play loose and free. Play as if there's no tomorrow. Okay, so it's not whether you win or lose, it's how you play the game... right?
:(

lunes, marzo 29, 2010

Me va a volver loco

Loco loco, pero loco loco loco.

Si leyeron los tuits que anduve poniendo estos días habrán notado que ya ando ligeramente obsesionado. Y la cosa va en aumento. El culpable: él; él y su facebook.
Ya yo sabía que esto del facebook era una cosa endemoniada, peligrosa, de esas que llevan a la gente a la perdición, pero no parecía interesarme mucho.

Habíales contado que ya sé su nombre, nombre que conocí al haber encontrado su facebook, y por eso dicho sitio web ya lo tengo agregadito a mis favoritos. No lo he agregado como amigo... no, no me atrevo.... no podría.... no, no, no. Así que solo pretendía darme vueltecitas de vez en cuando para ver su foto y contentarme un poquito la obsesión. Imagínenme ahí todo atontado viendo su foto.




Sí, obsesión. Ridícula. Yo sé. Debería darme pena decirlo, pero pos... es mi blog.

Desde que lo he estado revisando he notado que cambia su foto de perfil muy seguido. A veces la foto solo dura un día, a veces dos, pero no se quedan ahí demasiado tiempo.
Tal circunstancia me hizo pensar que no vería una sola foto mucho tiempo. Me angustió la idea porque vi pasar una, y dos, y tres fotos y como la cuarta era buenísima tomé una decisión obsesivamente arriesgada: empecé a guardar su fotos.

Sí, lo sé. Ando cayendo muy bajo. Pero es que... es que... está bien guapo.... :'(

Y es diseñador... su fotos son interesantes y... y ya puso una sin... sin camisa. Y ayer puso una muy buena... y... y... hoy puso otra sin camisa... y...
...me va a volver loco. :'(

Bueno, ya tengo nuevo vicio: juntar su fotos.

Tal vez debería hacer un album o algo así, para darle algo de utilidad a mi obsesión y a sus fotos ¿no?



miércoles, marzo 17, 2010

Cartitas

¿Se acuerdan de mi acosadora? Sip, esa: la niña aquella que se me pegaba como molusco y me interrogaba, la que me dio una cartita diciéndome que yo le gustaba.

Pues resulta que ya le contesté su cartita hace como 2 semanas.
Recordarán que ella me dio su carta en diciembre y como ya estaban acabando clases pues no la volví a ver en la escuela, y aunque me dejó su teléfono por 'si le quería decir algo' no quise llamarle, ni decirle nada (además ni preguntó nada), había que contestarle de la misma manera.
Y fiel a esa reciprocidad pasó diciembre, pasó enero, pasó febrero y justo cuando ya andaba llegando marzo la vi. Cambié varias materias lo que, supongo, evitó que me encontrara antes, pero nomas' supo localizarme empezó a atocigarme con su presencia. La siguiente semana a la ocasión que nos vimos me esperó afuera de una clase; esperó dos horas hasta que llegaron los 15 minutos de descanso que nos da la maestra y me siguió. Debí haber corrido.

Me preguntó algunas tonterías, me preguntó mi horario completo y ya hasta el final me preguntó que si había leído la carta. "Sí la leí, luego te la contesto. Con carta. Luego que te vea.", insistí en que debía contestar una carta con otra carta. Siguió interrogando y preguntó que si me había enojado el día que me dio la carta, porque como que eso le había parecido. "Naaa", contesté, obviamente mintiendo y me libré de ella porque ya tenía que entrar a mi clase.

Llegó un viernes y la niña esta cayó a mitad de una de mis clases, justo cuando la maestra estaba explicando. La clase es siempre muy libre, cualquiera puede entrar; de hecho, después de la explicación de 10 minutos, tuvimos el resto de la clase para trabajar solos así que no había forma de correrla. Se pegó y quiso hacer conversación, yo la traté de ignorar a intervalos: primero yendo a revisar mi tarea, luego salí a comprar algo a la papelería (corrí para que no me siguiera).
Después de eso no tuve ningún pretexto para salir del salón y ella prosiguió su molesta plática-interrogatorio en la que traté, debido al hastío, ser lo más apático posible. Tal vez lo notó, tal vez se cansó pero después de media hora preguntó por la respuesta a su carta. "Pues te dije que la próxima semana." y me aferré a que le daría la carta allá en la otra clase donde a la salida la encontré.

Y llegó aquel día, un martes, y yo andaba hasta el copete de tarea, me desvelé, dormí 3 horas y ya iba yo tardísimo a la escuela. En tal situación lo que menos me importaba era contestarle su carta, pero tenía que hacerlo por un mínimo de cortesía.

Mi idea original para contestarle era decirle que a mí me gustaban los hombres y bla bla bla... y eso le hubiera contestado si me hubiera dicho las cosas frente a frente. Sin embargo, por la forma en que me estuvo siguiendo y molestando (y luego su cursilería de la carta) me empezó a caer mal. Entonces, ¿Para qué sincerarme con alguien que me cae mal?¿Para qué le digo algo tan importante para mí si ni siquiera es mi amiga? Y es que solo la trataba en clase, era solo una compañera y de las lejanas. Además, el chisme hubiera llegado a oídos de sus amigas tan rápido como yo se lo dijera y yo no tenía ningún interés en que ellas lo supieran.

Debido a esto, le contesté la carta con alguna cosa inventada. Corté un pedacito de papel y mientras iba en el camión escribí algo mas o menos así:

Pues es que no sé que decirte. La verdad que una carta no se me hace la mejor forma de tratar estos temas, pero tú empezaste y te la tengo que contestar.
Pero bueno, te contesto sobre lo que supongo que quieres saber: yo ya tengo alguien a quien querer. Entonces pues no procede nada.
Así que mejor la dejamos así de cuates ¿no?


Algo así fue. No son las palabras exactas pero así de ojete sonaba. La verdad que la sola perspectiva de verla a ella y entregarle esto me fastidiaba y no tuve paciencia para ser más amable.

Llegué tardísimo a la escuela y aunque no pretendía encontrarla, la vi y entonces debía darle la carta. Se la dí. Preguntó que si la podía leer ahora mismo, le dije que como ella gustara, insistió en que yo le dijera si debía leerla ahora, volví a decir que como se le antojara y volvió a fastidiar con que yo le indicara si debía leerla...



Me fastidió por última vez. Como me imaginé que la cosa iba a seguir así un buen rato, me despedí y me fui.

Supongo que la leyó. Supongo que entendió. Ahora solo me saluda desde lejos.

Creo que ya no me va a estar buscando y, aunque me pesa en la conciencia que mi respuesta tal vez fue poco amable, aparte de ser mentira, confieso que me siento aliviado al pensar que ya no me va a estar atocigando.

Y fin. Escucho sus opiniones sobre mi crueldad. :P


Día de realidad

Algunas veces sale el sol y amanezco fantasioso; tal vez sea algo que carguen los rayos de luz entre su alas, algún bicho infeccioso.

Despierto, desde mis sueños, y vuelvo a soñar, esta vez despierto, a ojo abierto. Sueño que me enamoro, que se enamoran de mí, sueño sobre la felicidad, sobre la luz, sobre la paz y tarareo canciones terriblemente melosas. Mi vida parece tan luminosa, tan resuelta.

Y justo al centro de este remolino onírico de luz y corazoncitos flotantes se encuentra el niño que me gusta. De repente lo veo y me gusta más, de repente veo señales, repentinamente iluminan como un faro de luz y me dejo guiar. Me dejo soñar, soñar, soñar.

El sol me puso especialmente imaginativo este día: el gran día podía ser hoy. Pero no, no fue.

De repente se aglutinan las nubes y me curo, me salvo de seguir soñando. Veo la realidad, se van los faros, pero no se ennegrece el cielo sólo se matiza la luz, se difumina. Luz suave para ver el detalle, ni claros ni oscuros.

Bajo la nueva luz sé que nada pasará. Que el remolino de luz no se materializará, será luz y seguramente aparecerá mañana pero mis dedos no lo alcanzarán.

No pasará nada, nada ocurrirá. No hay forma, es improbable. Lo sé. No hay forma en que no lo arruine.

No necesariamente nunca, tal vez ocurra, tal vez pase; es sólo probable, no posible. Me asusta que tal vez quiera hacer una excepción conmigo y no ocurrir; que se nieguen los cálculos, los números probables y decida ser un nunca jamás.

¿Y si me quedo solo el resto de mi vida? Importaría poco si el resto de mi vida concluye en la próxima luna llena, pero ¿Y si vivo más?¿Y si vivo giros y giros de soles, y eclipses y cometas… y solo? Me asusta.



miércoles, marzo 10, 2010

Tu nombre, tu nombre

Según la sabia wikipedia un nombre es:
la designación o denominación verbal (...) que se le da a una persona, animal, cosa o concepto tangible o intangible, concreto o abstracto, para distinguirlo de otros.

...este semestre compartí otras materias con él. Nadie pasa lista bien. No podía averiguar mas que su nombre...

...un día él dijo mi nombre, me pidió mi usb; fue tan fulminante haber escuchado mi nombre en su voz...

...un día conocí su nombre completito...

...y soy obsesivamente feliz repitiendo su nombre y viendo su foto en el facebook...

...tu nombre, tu nombre...

domingo, marzo 07, 2010

Tengo que aprender a sonreír

Era sábado por la tarde, lo recuerdo bien. Salía de mis actividades cotidianas y el hambre hacía estragos en mí. Y fui a tragar... a alimentarme, me refiero. Por azares del destino, el establecimiento de comida al que acudí a saciar mi apetito tenía problemas con su sistema de desagüe. No servía el mugroso baño. Bajo tal situación mi vejiga no podía vaciarse, y además yo le había entrado duro al agüita de jamaica... así, mi mente sólo pensaba en una cosa: baño.

Andaba yo lejos del hogar, por lo que el regreso pronto no era factible y entonces opté por ir a la sacrosanta ciudad universitaria donde sabía podría encontrar un baño gratuito. Y hacia allá me jui.
Llegué primeramente al metro, de donde me dispuse a tomar un legendario pumabus para que me llevara a zonas pobladas con salones de clases y, por ende, baños. No tenía muy claro hacia dónde quería dirigirme, y abordé el primer vehículo que partió. El dichoso transporte me llevó a la zona cultural de aquella universidad y... nunca pude encontrar los malditos baños. Faltaría aclarar que no conozco la zona y que muy probablemente eso haya sido la causa de mi falta de éxito.

Posteriormente, después de vagar entre edificios por una media hora decidí moverme a terreno conocido: hacia las facultades. La ruta más corta, sin regresar hacia el metro, era irme al metrobus y a partir de ese punto proseguir caminando hacia las aulas cercanas.
Desde el metrobus avancé. Sabrán, si son asiduos visitantes de esa estación de transporte público, que para descender en un extremo existe una curiosa rampa en espiral, que parece ser eterna mientras la transitas; en aquel vértigo circular divisé atrás de mí, recorriendo la espiral, a un sujeto de no mal apariencia. Mirámonos por un instante, pero seguí mi camino sin prestar demasiada atención.
Caminé en ruta hacia los baños, en la facultad que yo recordaba más cercana. Malaya sea mi suerte, ya era suficientemente tarde, suficientemente noche como para que las clases ya hubiesen concluido y las aulas hubiesen sido cerradas hace horas. Dejando los baños inaccesibles, por añadidura.

La empresa se complicaba, yo con vejiga llena y estando en terrenos tan vastos parecíame que no lo lograría pero había que intentarlo. Caminé pues hacia más al norte, tal vez en ingeniería o en arquitectura lograría cumplir mi misión evacuativa. Tuve un ligero impulso por voltear hacia atrás y fue entonces cuando divisé, bastante más atrás, al sujeto que había divisado en la descendiente espiral aquella ¿Venía siguiéndome? No lo sabía y no importaba... no importaba, pero empezó a importar a medida que me adentraba en mi ruta hacia el norte pues el derredor empezaba a ponerse extremadamente solitario. El sol ya lanzaba sus últimos brillos.

Recorriendo la zona deportiva miré hacia atrás, aún me seguía. Llegué a ingeniería, aún me seguía. Llegué a la zona de pastito que creo que se llama las islas y aún me seguía. Hasta ese punto ya estaban todas las aulas cerradas, así que no había oportunidad de escapar de él ni de las eminentes ganas de hacer pipí. Ambas amenazas las tuve que afrontar, pero para ser sincero la más angustiante era la de la pipí, al güey ese pues... venía lejos, ni siquiera estaba seguro de que me seguía.


A lo lejos vislumbré la bonita biblioteca central; yacía a lo lejos iluminada, poblada, ruidosa, lo que significaba una cosa: hay baños. Y dirigiendo mis pasos a tal destino, caminé y caminé atravesando salvajes zonas pastos con esculturas posmodernas luminosas, sorteando a las furiosas ardillas, cruzando entre cegadores flashazos de graduados universitarios y llegando al fin a mi destino. Miré hacia atrás por última vez y no vi al que me seguía; supuse lo habrían devorado las ardillas.

Llegué al glorioso baño y ahí... ¡oh, sí!... !oh, Dios!... ¡oh, yeah! A medida que los fluidos fluían, más era el descanso que mi alma obtenía. Misión cumplida.
Tal debió haber sido mi éxtasis en aquel momento que no pude identificar plenamente a alguien que acudía al recinto en el que me encontraba (el baño) en ese momento; se parecía al que me seguía, pero no estaba seguro.
Pero como yo ya hice lo que tenía que hacer, pos salí del baño. Me dió curiosidad, lo aceptó, y esperé afuera de la biblioteca a ver si mi perseguidor seguía en el rumbo. Total, ya estaba en zona segura y esperé sentadito en las escaleras de la entrada principal.

Pasaron los minutos y justo cuando creí que todo había sido ilusión mía, y que el fulano perseguidor jamás nunca existió, él se hizo presente. Salió y me miró. Yo volteé hacia otro lado. Siguió caminando, descendiendo las breves escaleras y me volvió a mirar con una leve sonrisa. Yo también lo miré. En aquellos microsegundos en que las miradas colisionan nunca sé qué hacer y no hice nada... bueno, sí: bajé la mirada y fingí que no había visto nada.

Se alejó, lo veía irse, caminando, a veces volteando hacia mí, pero avanzando, y cuando ya se encontró lo suficientemente lejos pude, por fin, sonreír. Claro ya no tenía ningún sentido pues el güey casi desaparecía en el horizonte.
Quise sonreír, pero no pude. Nunca puedo. Digo, la anécdota no es la mejor, no es que quisiera poder sonreirle a cualquier desconocido que me persigue por 1 hora en un lugar desolado (si es que me seguía, tal vez también buscaba un baño) pero en cualquier otra situación tampoco logro sonreír.
En ese mismo instante me arrepentí de no haberle sonreído. Tonto de mí, pensé. Y aunque ya había pasado bastante tiempo desde su desaparición decidí salir de ahí por la misma ruta por la que él se fue; tal vez aún seguí ahí. Subí unas escaleras, las que están al lado de rectoría, con una ligera esperanza de ver al tipo al alcanzar el último escalón. Pero ya no estaba.

Recorrí todo el lugar con la mirada, y ya no estaba. Se fue. Se esfumó. Ya no había nada que hacer, entonces me fui.

Escribo esto, porque me trauma y porque hoy me pasó algo similar y entonces me acordé que me traumaba.
Hoy, en la mañanita, allá en mi lejano pueblo, me subí a un camión. El camión va en dirección al metro más cercano, abordo, pago y avanzo hasta tomar mi lugar; cual sería mi sorpresa que en el breve pasillo entre la entrada y el lugar un chico me mira. Se me hace extraño, pero la gente luego es extraña, así que tomo como normal que el tipo que me mira sea extraño.

Me siento y me acomodo en mi lugar y, otra vez, vuelvo a notar que el chico me mira. Me mira y pensé, porque me acordé de la historia anterior, que debería sonreirle. Pero... no sé qué chingados traigo que no puedo. Lo miré, me miró, nos miramos, pero voltee la mirada hacia otro lado. Volví a sentir ganas de voltear y me miró, lo miré, nos miramos; igual no pude sonreír, sólo desvíe mi cara hacia otro lado y me ganó la risa; le sonreí pues a la ventana.
No sé si él habrá notado que me reía; tal vez pensó que me burlaba, no sé, pero en lo que sobró de trayecto ya no me miró. Ni cuando bajamos. Y luego se desapareció.

Tal vez pensarán sobre qué clase obsesión insana tengo al querer sonreirle a desconocidos potencialmente peligrosos, pero no, no es eso. Bueno, sí... pero no.
Sucede que soy obviamente un asco para cualquier cosa que incluya ser sociable; en esos términos, soy un reverendo idiota para andar ligando, como claramente ejemplifican estas historias y mi vida en sí. No puedo pasar del nivel Básico 1 y eso, señoras y señores, me trauma.

Por eso, el post, el título y la historia. Tengo que aprender a sonreír (digo, por algo sencillo tengo que empezar, no me pidan que me vaya directo a Lecciones de cama, Nivel avanzado).

P.D. El dibujito lo pongo al rato porque con la tecnología actual solo puedo dibujar algo así:


(Y no es muy ilustrativo que digamos)


P.D.(2) Ya subí el dibujito, lo dibujé a manita y le tomé foto porque de momento es la única tecnología que tengo. Se ve mi dedo,pero me dió flojera borrarlo, ahí se quedará; no creo que eso atente contra mi cuidado anonimato.


miércoles, febrero 03, 2010

Chiste gráfico

Complete usted el mensaje:





SOY...




¿Se entendió? :P
No creo, soy muy malo para esto de los chistes gráfico y además no tengo como que un humor muy adecuado para eso. Precisamente por eso no he transformado este blog en un webcomic. Sería interesante, pero no se me da.

P.D. Si alguien todavía no entiende, haga click en la imagen y vea el nombre, y posteriormente opine sobre si mi chiste fue malo o malísimo. :P

P.D.(2) By the way, sí, soy inseguro, muy muy muy muy inseguro.

sábado, enero 30, 2010

Cruzada pro pingüinito


En diciembre pasado, por fin logré conseguir la beca aquella que tanto había querido desde que inicié mi otra carrera, la beca que da la compañía esta de teléfonos porque según que daba mucha lana. Y pos ya me la dieron y no es tanta lana como creí. :P
Pero aparte de la lana me dieron una netbook (laptop chiquita) y una impresora, nada despreciable la cosa.

Y pos dicen que a caballo regalado uno no le ve colmillo pero como yo soy limosnero con garrote pos sí le veo colmillo... osease que tengo quejas contra la laptopcita.
Porque han de saber ustedes que trae instalado el sistema operativo Windows 7 Starter, y aunque al principio me emocioné porque pos ya iba a poder tocar el hipermegamodernisimou-windows-7, después de algunas horas de usarlo me desilusioné gacho. Principalmente porque una de las idioteces que le incluyeron fue incapacidad de cambiar el fondo de escritorio. NO hay opción para cambiarlo. Por supuesto bajo la idea de que es la versión más austera y más pequeña y más apta para netbooks, y por eso tiene esa y muchas otras restricciones; es como comprarse un bochito (un carro de la vw) y que no traiga radio, volante ni perillas para bajar los vidrios. Al final hay forma de resolver lo del fondo de escritorio, pero hay muchas limitaciones más.

Viendo la porquería ésta, nomas' de puro coraje le metí un sistema operativo linux (compartiendo el disco duro, porque pos tampoco quería deshacerme del windows; pura costumbre). Le puse Ubuntu Linux y corre muy chévere.

Desde aquellos días hasta hoy me he encontrado una tras otra las desventajas del win7 starter y que para evitarlas tendría que dejarle caer un lana a microsoft y actualizar mi versión, cosa que no pienso hacer; tampoco con el microsoft office del que tengo licencia para un año y mucho menos con el mcAfee que estaba a prueba por 3 meses. Porquerías éstas.

Por eso y muchas cosas más, ven a mi casa esta navidad... nooo, digo... por eso y muchas cosas más he decidido iniciar una cruzada pro pingüinito, promoviendo, por lo menos en un post, el software libre y otros que por lo menos son de gratis.
Primero, los invito a que instalen el OpenOffice. Es una bola de programas de ofimática (procesador de palabras, hoja de cálculo, presentación de diapositivas) que es gratuito y que es perfectamente compatible con los formatos del microsoft office. Incluso con los 2007 (.xdoc, .xppt...) que dan problemas con las versiones viejitas. Antes de que vayan con su bucanero favorito a soltarle 30 baros por un software pirata, mejor instalen éste y lo prueban.

Segundo, si su máquina es tan viejita que siempre se traba con el messenger (como la mía) y además tienen 10 cuentas de correo diferentes (como yo) pues pueden instalar un mensajero instantáneo que se llama pidgin; con ese puede abrir muchas cuentas a la vez de hotmail, de yahoo, gmail, icq... y otras que jamás he usado.

Hay mejores navegadores web que el internet explorer; está el mozilla firefox que es más seguro y está el google chrome que es mucho más ligerito (por si la máquina se traba mucho en internet, es buena opción).

En antivirus hay muchos gratuitos (avast, avira, avg, incluso uno de microsoft), entonces ya no hay razón para andarle soltando lana a las antiviruseras. Y por si quieres irte al camino de la luz y olvidarte eternamente de los antivirus, pues puedes instalar un sistema operativo linux.

Los hay de todos colores y sabores, con instalación a prueba de tontos, para instalarlos junto al windows, en CD, en DVD y en USB. Es más, hay versiones que puedes probar sin instalar nada. Sí, cargas el linux desde un CD o un USB, y ya puedes usar todos los programas que trae; puedes instalarlo si quieres y además descargar más software libre. De a gratis, sin restricciones de licencia y compatible con los programas que te acabo de mencionar (excepto los antivirus, esos no se usan) y muchísimos más.

So, he acabado con mi discurso técnico y propagandístico (me cae que hasta parece que me pagan por hablar bien de linux :P ).

Pero ya en serio, estos programas que les menciono son una muy buena opción para tener la compu actualizada y ahorrarse lana sin recurrir a piratería. Lo único que pretendo con esto es apoyar al software libre, porque en la medida en que más personas lo usen, así disminuirá la influencia de una empresa tan tramposa como microsoft.

Por si alguien quiere asesoría sobre como instalar linux, pos me avisan.

Saludos.


viernes, enero 29, 2010

Trivialidad roja


El otro día me compré una sudadera roja. Tiene gorrito.
Me la compré porque recién habíamos salido de la temporada de frío porque noté que un gran número de las chamarras y sudaderas que tenía eran grises. Y por atar cabos de manera improvisada podría echarle la culpa al frío glacial, a la ausencia de sol y a la ropa color gris como causantes de mi bajo ánimos esos días.




Claro, falta que sea cierto, porque soy de los que se deprimen porque pasa la mosca. Entonces... pos dejémoslo en teoría.
Y por eso me quise comprar la sudadera roja. Me gusta el color, me reanima, me da fuerza. Hasta la siento más calientita que las otras.



Pura trivialidad. No se me ocurre nada más que escribir. :P


lunes, enero 11, 2010

Algo depre

Bueno, ya, toca algo depre. Además si no lo escribo ahora se me va a olvidar y luego ya no tiene chiste.
Hace como 1 minuto que me habló una amiga de la carrera del poli para invitarme a su cumpleaños. Que hace mucho que no me ve, que todos los demás (la bola de amigos y amigas) me quieren ver y que me extrañan porque hace como un año que no saben de mí.

Antes de navidad, un amigo de las clases de japonés que tomaba me invitó a un intercambio que querían hacer de los de nuestro antiguo grupo, también hace mucho que ni los veo, y que también me extrañan.

Regresando de su viaje de navidad y año nuevo con la familia,a casa de los abuelos, mis papás lo primero que me dicen es que todo mundo pregunta por mí, que cuando voy a ir, que hace mucho que no me ven, etc.

Un punto en común a todos estos casos y a lo largo de mi vida es que siempre estoy ausente; nunca voy, nunca estoy, nunca convivo; pueden pasar los años y nunca siento que extraño a nadie. Me parece inmensamente raro e incomprensible que me extrañen a mí, no soy ni por casualidad alegre, divertido, ni nada. ¿Por qué?¿Por qué me extrañan? Llevo años demostrándole a los que me rodean que pueden vivir muy tranquilos sin que me atraviese. Que me recuerden y ya, no creo tener nada mejor aportar a sus memorias.

Pero... sí, sé que las cosas no deberían ser así... pero así son, así son. Me trauma.

Por supuesto para todas estas invitaciones y viajes siempre pongo un pretexto y nunca voy, nunca voy, hago honor a mi reputación. Eventualmente se tienen que cansar de insistir. Además falta demostrar que sí me extrañen y me quieran ver y no sea nomas' puro chantaje emocional... (ay, qué amargator : / )


Soy un grinch internavideño.



domingo, enero 10, 2010

Redes sociales

Oficialmente he caído bajo las redes de... las redes sociales.


Ya el blog era una de esas "cosas medio modernas que usan los jóvenes de ahora", pero pues el blog es casi un evento de egolatría, es menos interactivo al final de cuentas y pos quería checar qué hacen esas cosillas del facebook y el twitter, ya alguna otra cuenta que saque luego.

Últimamente he sentido poco interés por escribir en el blog porque siento que estoy repitiendo mucho; siempre hablo de lo mismo y mi vida ha sido muy monótona en estos últimos meses y ando depre, y escribo cosas depre y me deprimo más y luego me aburro y luego mi conciencia dice: "siempre escribes cosas depres, ya chole" y yo le digo a mi conciencia "pos así es mi mugrosa vida" y ella me dice "ay, ya cállate" y yo le digo "cállate tú" y ella "no, tú" y yo "no, tú" y ella "no, tú" y yo "no, tú" y ella "no, tú" y yo "no, tú" y ella "no, tú" y yo "no, tú"... y así; el chiste es que siento que el blog no me divierte tanto como antes, y eso es algo que quiero recuperar. No lo pienso borrar.

Pero no sé cómo refrescar esto. Necesito escribir y/o dibujar de algo diferente, de otra forma, desde otro punto de vista. Tengo algunas ideas, pero resultan un poco más complicadas de hacer que lo que hago ahora y el tiempo sí importa mucho, pues no me sobra muchísimo. Pero ando pensando, meditando, elujubrando y contando mi presupuesto.

¿Alguna sugerencia?




lunes, enero 04, 2010

Complicado

Por fin. Por fin alguien me dijo lo que yo quería escuchar.
Verán ustedes que ayer por la madrugada tuve una conversación corta pero sustanciosa con un amigo de hace muchos años. Todo empezó por hacer alguna alusión al frío glacial que en este momento azota la ciudad, a lo cual me sugirió que me buscara un novio.
Y, como siempre, en mis conversaciones sobre estos temas salen argumentos como: "si estás solo es porque quieres", "no se me da", "soy bien antisocial" y cosas así. El chiste es que el me ataca y yo me ataco. :P

En una de esas encarnizadas argumentaciones yo dije que "no soy pachanguero, no voy a fiestas" en respuesta a su insistencia de que yo no conocía gente porque no salía; a mi respuesta respondida él respondió: "sí, es que eres muy complicado".

Y se hizo la luz...



Sí, soy complicado. Soy endemoniadamente complicado. Soy como un cubo rubik, de esos de colorcitos, que a lo mejor le intentas descifrar un rato pero a los 5 minutos te hartas y ya después se vuelve parte de la decoración y jamás vuelves a acercarte. Digo, por poner un ejemplo.


Aunque el que me halla dicho que sea complicado pues no es un halago, pero en contraste con algunos otras teorías que tenía yo sobre la situación (como estar maldito o que olía yo muy feo), pues resulta ciertamente tranquilizador.

Así las cosas la día de hoy.

viernes, enero 01, 2010

jueves, diciembre 31, 2009

Cuentitos y cartitas

Érase una vez un muchachillo ya medio crecidito que iba todos los días a la escuela. Este muchacho tenía un horario medio raro en la escuela por lo que a veces tenía muchas horas libres. En esas horas libres a veces se le pegaba una muchachita medio fastidiosa, y lo acompañaba con una plática igualmente castrosa pues lo único que hacía era hacer muchas preguntas.


El paciente muchachillo se mostraba tolerante y agradable con la niña pues desde hace un año que la conocía no le caía mal, sin embargo el paciente muchachillo eventualmente se transformó en un fastidiado e impaciente muchacho pues la fémina continuaba con su habitual interrogatorio-plática cuando se encontraban. Él procuraba soportarla, y cuando ya no podía más intentaba hacerle entender de manera sutil que no le era muy agradable su presencia; pero ella no captaba los mensajes.

En una de aquellas infortunadas ocasiones en que el muchachillo no logró escapar a tiempo de la escuela y fue desgraciadamente interceptado por la muchacha, él pretendía ir a comer, puesto que tenía muchas horas libres, e intentó hacerle entender a la niña que quería comer solo; no entendió el mensaje, por supuesto, y se le pegó al exacerbado muchacho como mosca. Él fue a comer y ella pretendió hacerle compañía, compañía así a lo menso, a lo bruto, pues el muchacho ni pidió la compañía ni la quería y al final terminó por arruinarle la hora de la comida, pues a él ni le gusta hablar cuando come y ella se la pasó nomas' viendo. Una situación bastante molesta.



Otro día, en que el muchacho ya iba de salida, a centímetros de salir por la puerta... ¡¡¡CHIN!!!, la muchacha lo interceptó justo antes de que se escapara. Pretendió deshacerse de ella con tácticas evasivas, pero nada funcionó. Por si fuera poco lo acompañó hasta donde él tomaba el transporte (sí, ella lo acompañó a él) y antes de despedirse la muchacha le dijo que si podía hablar seriamente con él, mañana. El muchacho se fue rápido, agradecido porque por fin se había librado de ella pero imaginándose la plática que quería. Sí, exactamente lo que ustedes se imaginan.

Y llegó el mugroso siguiente día, y el muchacho entregó sus tareas en clase, pero no podía irse de la escuela porque tenía muchas más tareas que hacer y eventualmente la muchacha lo localizó, porque eso sí ya tenía bien memorizado todo mi horario... es decir, el horario del muchacho. Y bueno, lo encontró desayunando, y le arruinó el desayuno porque otra vez estuvo ahí como mosca nomas' viendo. Y luego que el muchacho se acabó su nutritivo desayuno decidió irse a la biblioteca a continuar la tarea, y la #%&?°@" muchacha lo siguió a la biblioteca, lo siguió mientras buscaba un libro en el catálogo, lo siguió mientras iba a buscar el libro a los estantes... castrante. Y ella callada, acompañando a lo menso, y él exasperado, molesto, irritado, a punto de soltar madrazos, se sentaron en un mesa. Ahí pasó otra terrible media hora de silencio insoportable hasta que el muchacho, en un intento de hacerle entender a la muchacha que se largara porque lo molestaba, dijo: "Si estás aburrida, no tienes por qué sentirte obligada a quedarte";a lo que ella respondió: "No estoy aburrida". ... ... ... Obviamente no entendió el pinche mensaje.

Pero no tardó mucho en empezar a escribir algo en un hoja; sí, el muchacho tampoco podía creer que la cosa fuera a ser tan infantil. ¿Una cartita en hoja de cuaderno? Llegó mi salvación cuando un compañero de equipo me encontró y me llamó para seguir haciendo otra tarea. Con gusto y con prontitud accedí a ir con él... eeeeeeh, bueno, es decir... el muchacho accedió... ooh, bueno, ya.... es bastante obvio que estoy hablando de mí....

El chiste es que cuando ya me largaba la niña esta me dió la carta, me dijo que la leyera después y por fin se fue. Después, leí la carta y sí, decía... pos esas tonterías... decía algo más o menos así:



No, no me podría aburrir estando contigo. (¬¬ no entendió el mensaje)
Pero me pongo muy nerviosa estando contigo y a veces no sé qué decirte; por eso tampoco me atreví a decirte lo que quería decirte. Quería decirte que me gustas, que no necesariamente significa que quiero andar contigo pero quiero que te des la oportunidad de conocerme y que te conozca. Te dejo mi teléfono por si quieres decirme algo.


Y así termina este cuento y todos vivieron felices para siempre.

No, bueno, eso pasó. Y como se imaginarán, no, no le llamé para decirle algo; por dos razones: primero, porque me tenía al borde de la desesperación con su actitud obsesiva de acompañamiento, sus preguntas atocigantes y su excesivo interés por preguntarme a qué hora salía y entraba de mis clases, y segundo, porque me parece que por la forma en que me lo dijo, con carta, se merece que se lo conteste de la misma infantil manera, por carta.

Sé que sueno medio cruel al relatar esto, pero les juro que me sentí muy incómodo, demasiado presionado por como se portaba. Lo cierto es que no me cae mal, pero me saturó y terminó con mi paciencia y eso evita que pueda ver esta situación con un poco de empatía. Más aún, me molestó lo de la carta, porque si me lo hubiera dicho de frente hubieramos aclarado las cosas en ese instante y ya, todos felices. Porque aparte de todo, la señorita quiere que le llame.

En fin, ya es el fin. Disculpen mi exasperación.





domingo, diciembre 27, 2009

Busco despertador



Busco despertador...
...que me levante por la mañanas envuelto en dulces melodías...
...con amabilidad, pero con firmeza, sea capaz de arrancarme de las garras de morfeo...
...que brille en horas de apuro y sea de ojos callados en noches de insomnio...
...discreto en su andar, de voz potente y de oídos atentos...
...y... que por las noches me acurruque en la cama, me desee dulces sueños y, al tiempo que el sol desvanece, sepa alejarse como un susurro deshilándose en el viento...

....

....


¿Que qué quiero? Pues eso... un despertador, o ¿Qué parece que quiero?
:P





Actualmente me encuentro en la búsqueda de un radio reloj despertador con todas las funciones arriba mencionadas. Ya sin tanta retórica sería un despertador con alarma, buena recepción de radio am/fm, entrada auxiliar de audio, sleep mode, que sea silencioso y que la luz del reloj no sea muy fuerte (de preferencia no roja). Eso quiero.
No pienso gastar mucho, la verdad; unos 100 pesitos sería muy adecuado, aunque los modelos que vi acá en el supermercado están más arriba de eso.

Es puro capricho; tenía un muy antiguo estéreo que acabo de jubilar, pero ya no le servía ni el cd ni el reproductor de casette, el radio ya tampoco tenía muy buena recepción y además era una madrezota que ocupaba mucho espacio. So, quiero aparatillo nuevo. Mañana me voy de shoppin'.




sábado, diciembre 26, 2009

Electrificante navidad


Pos sí, ya sé que ya pasó navidad, y me da gusto que haya sobrevivido y, es que, esta navidad casi me muero. No, no me intenté suicidar, tampoco me atacó un reno, ni me comí un pavo envenenado; la verdad es que ni estuve tan cerca de morirme, pero son de esas llamadas del destino en que te dice "¡ah, verdad!".

Todo comenzó una mañana de navidad (la de éste año por supuesto) cuando me levanté como al mediodía; opté porque sería un buen día para limpiar mi cuarto. Empecé a limpiar y también se me ocurrió que sería bueno darle una pintadita (empecé desde el día 24, pero soy lento y nunca acababa).

Como a la hora de la comida, ya cansado y fatigado, fui por comida; compré pollo, no para mí sino para mi perrita, aunque por azares del destino terminamos compartiendo el pollo; me pusé a asar la pechuga, comí rico y levanté la mesa, los trastes y limpié la cocina. Noté que sobró un pequeño pedacito crudo de pechuga, y pos como no hay que desperdiciar comida pues lo puse en el comalito a que se asara. Mientras esperaba, subí a mi cuarto y revisé si la pintura ya estaba seca y acomodé cosas y me acosté unos minutos... lo que se me olvidó fue el pedazo de carne que seguía asándose en la cocina, me acordé ya cuando el olor a carne quemada se hizo más fuerte.

Corrí y ya nomas' alcancé a ver un pedazo achicharrado de carne. Nada grave pasó pues era un dedito de carne y solo se chamuscó en el comal, pero creo que fue la primera llamada de advertencia del destino.

Cuando pasó lo mero mero, fue más al rato cuando continuaba limpiando mi cuarto. Tenía ganas de reacomodar muebles, por lo que había que desconectar cosas moverlas, jalar los muebles y ectcétera, y precisamente el accidente pasó mientras reacomodaba una extensión eléctrica.
Desconecté lo que se unía a esa extensión y por cierta precaución decidí no tomarla directamente de la caja donde están los conectores sino que la levanté por el cable. Entonces... zas... así como por arte de magia la cajita de los conectores se abrió y se cayó, dejando las placas de cobre sin ninguna protección. Y ya ven como es esto de la electricidad, pos se empezaron a juntar las dos plaquitas que yo tenía colgando del cable y empezaron a echar chispas de lo lindo.




Mi primer reflejo fue soltar el cable, pero el piso estaba ligeramente mojado, así que me pensé que no era la mejor idea; de repente si movía el cable se juntaban o se separaban la placas, y nomas' veía como el voltaje de las luces de mi habitación variaba; sabía que tenía que separar las placas pero no tenía nada a la mano, mientras tanto el pánico se apoderaba de mí pues la cosa esta seguía echando chispas, además humo pues el cable ya se chamuscaba y se calentaba. Antes de que se me ocurriera otra grandiosa idea se volvieron a juntar las placas de cobre, echaron chispas y ... zas, se fue la luz.

Respiré. Ya a oscuras solté el cable, fui a revisar los circuitos y aunque aparentemente ya no había corriente pues los bajé. Busqué una lámpara de mano y fui a revisar mi humeante cuarto, humeante porque el cable se derritió y pues se quema todo el plástico. Ya no me quedó mas que recoger las ruinas del cable, ventilar y asegurarme de que el contacto de donde salía no le hubiera pasado nada. De hecho revisé todas las conexiones de la casa y aparentemente a ninguna le pasó nada, e intenté reanudar la corriente pero parece que algo se fundió.

Estuve un buen rato a oscuras, pues no quise ni acercarme a la caja de fusible, nomas la veía de lejos con la lamparita. Eventualmente superé el susto eléctrico, aunque tal vez se debió más a que ya empezaba a ponerme paranoico por la oscuridad, ya veía sombras y escuchaba ruidos extraños y... y pues indagué por teléfono con mi padre sobre como revisar y cambiar el fusible; dicho y hecho, y ala, se hizo la luz.

Y así concluyó mi navidad, y mi aventura, con la restitución de la luz y con sustos renovados hacia la electricidad. Ya le tenía yo un miedo historicamente justificado, pero pos cada día se pone peor la cosa. Ésta vez no solo era el miedo a electrocutarme, que pues es lo inmediatamente achacable a un accidente así, sino que además, me dió panico por las chispas y por el humo y porque mi cuarto está tan lleno de papeles, solventes, químicos fotográficos, pintura, madera... tanta cosa que hubiera hecho de mi cuarto una cosa muy proclive a arder.

Lo que cuenta es que sobreviví a la navidad. Y ni quemé la casa ni me morí. Hubiera sido un inconveniente día para los funerales. :P

P.D. La moraleja de la historia: NO compren extensiones chafas de esas que ni tornillos traen en la caja, se desarman. Les puede pasar lo que a mí.

P.D(2) Sí otra vez me quedé solito en navidad. :)



martes, diciembre 22, 2009

Pos 'hora más aldrede

Nomas' porque me pidieron quitar las telarañas, 'hora noma's por seguirles la contraria y más aldrede (osease a propósito) pues les pongo las telarañas en las esquinas.
Faltaba más.

:)

Bueno, nuevo tema telarañesco; y me disculpo porque el blog se quedó sin dibujitos desde hace un tiempo debido a que geocities, lugar donde yo alojaba esas imágenes, desapareció de la faz de la tierra y pues me tardé en resolver las cosas. Claro, también me tardé en postear, pero eso dejémoslo aparte.

Pronto vuelvo a postiar algo. Júrolo.


lunes, diciembre 14, 2009

telarañas

Chale, ya nomas' falta que aparezcan telarañas en las esquinas.

martes, octubre 20, 2009

Tres tristes tigres


Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.
En tres tristes trastos tres tristes tigres tragaban trigo.
Tres tristes tigres tragaban trigo.
En un trigal, en tres tristes trastos, tres tristes tigres tragaban trigo.
¡¡¡Tres tristes y mugrosos tigres tragaban mugroso trigo en tres mugrosos y tristes trastos!!!

Historicamente este trabalenguas me ha costado (me cuesta) trabajo pronunciarlo; se me hace especialmente confuso por la erres, según creo, por el sonido que causan con la t, o vayan ustedes a saber que clase de avería cerebral me lo ocasiona.
Me acordé de este trabalenguas ayer en un ratito que me traumé, me frustré, me ofusqué, me puse neuras o algún otro término parecido; situación emocional a la que no llegué gratuitamente pues fue causada por la siguiente situación:

Recordarán que la otra vez me puse depre porque aquel muchachillo que me gusta no notó mi existencia cierto día; bueno, pues ayer aparentemente me volví a materializar y ya soy visible porque le volví a decir hola y me respondió. Ya se imaginarán la estúpida y obsesiva cara de felicidad que eso me ocasionó. También se sucitó un hecho inusual (y al que solo yo llamaría inusual) pues este muchacho después de que lo saludé cuan él iba entrando al salón, se estacionó y dejó su mochila en la mesa en la que yo estaba (las mesas son de dos plazas, digamos). Yo asisto a esa clase pero él no, él solo venía acompañando a una amiga, la amiga estaba al lado, él recargado en la mesa y yo haciendo mi tarea en la misma mesa.
Pensarán, seguramente, y con todo el sentido común del mundo, que esa era la ocasión perfecta para hablarle, para acercarme más, para romper el hielo, decirle alguna burrada, hablar del clima, de la política... de lo que sea.

Y... ¿Saben qué hice?¿Saben qué hizo el idiota de yo?
Nada. No dije ni una pinche palabra. En los 15 minutos que estuvimos en la misma mesa no pude decirle nada. No pude, no pude... no supe qué decirle, no tenía nada qué decir... me dió miedo.
No es la primera vez y no es con la primera persona con la que detecto esta imposibilidad para hacer conversaciones, ya van varias.
Historicamente, socializar me es muy difícil, así como me es difícil aquel trabalenguas. No se me da muy natural el ser sociable y ultimamente he empeorado. Ya no puedo hablarle a la persona que tengo ahí al lado.

Después de esos quince minutos en la clase, me salí sin decir palabra y busqué un rinconcito oscuro y solitario para atormentarme por mi idiotez. Ahí repetí varias veces el trabalenguas...

Tres tristes trigues... tigres tragaban tigro... trigo en tres tistes... tristes...tristes trastos...
Tres tristres trigres... ¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!!!

¡¡¡Pinches tigres!!!

P.D. Sigo sin mucho cabello después de raparme, por lo que este monito segura semi pelón hasta que me crezca la mata. :P






martes, octubre 13, 2009

Días de invisibilidad

El otro día me rapé.


No es la primera vez que lo hago, y no será la última. Tampoco es la vez que más corto lo he tenido, hace como 3 meses me lo había cortado al rape y mucho más al ras. Tampoco es que sea el estilo que mejor me quede (de hecho me veo más orejón, más narizón y más ojón), pero es muy cómodo no traer cabello que peinarse.

Y bueno, esta vez me rapé a media semana cuando generalmente lo hacía en vacaciones y ya cuando volvía a clases tenía un poco más de cabello, hecho por el cual se desató un efecto inesperado:

Creo que el poder mutante que me permitía hacerme un ser tangible y visible se debilitó considerablemente al perder mi cabello. Me volví ligeramente más invisible de lo que ya estaba acostumbrado a ser.

Y es que pasó, varias veces, que cuando caminaba por algún pasillo y me encontraba a alguien conocido lo saludaba, pero esa persona me ignoraba completamente. Ni siquiera notaban mi saludo y seguían de largo.
Me pasó con varios compañeros de otros grupos y con varios maestros, y se siente bien gacho hacerse así de invisible. Acabé ese día un poco enojado y pues tristón, fue raro que tanta gente no me reconociera que no me vieran. Ese fue el primer día que fui a rapa.

El segundo día fue la cereza del pastel; primero de algunos maestros noté que no me reconocían, pero me valía gorro, total no me deben nada. La que me dolió fue de un tipo con el que tomo una clase que no me reconoció, o si me reconoció ni siquiera me miró. Desde que llegó a la clase no me volteó a ver, yo lo miré pero no volteaba; cuando salió no me miró y cuando yo salí ni notó mi existencia. Y este sujeto es quien me gusta, el muchachillo que en el otro post comenté.
Antes de ésto le había dicho un "hola" un día que lo vi pasar por la escuela; por lo menos en aquel entonces sabía quien era, me reconoció, sabía que yo existía; ahora, por desgracia, volví a ser invisible a su ojos.

Tan feo me veo rapado o tanto me cambia la cara que en días posteriores tampoco me ha mirado. Y eso, señoras y señores, duele bien requete harto.

Por eso, me despido, nos vemos la siguiente vez; me voy con el orgullo herido y esperando que mis poderes de materialización sean restituidos a la brevedad.




miércoles, octubre 07, 2009

Cuarto de siglo

Hace como un mes fue el aniversario de una fatídica fecha. Tal aniversario, mientras avanza en su temible conteo anual, llegó a un tenebroso número que ya puede nombrarse términos de siglos. Tal fatídica fecha fue mi cumpleaños y tal tenebroso número fue el 25: el cuarto de siglo.

Sí, ya cumplí un cuarto de siglo y pues... mmeeeeee, la verdad que no me siento viejo, la comparación inmediata con mis compañeros de clase sí me deja en términos de anciano, pero realmente no ando rayando en al senectud. Y ya si nos vamos a experiencia de vida seguro ellos son más experimentados que yo, así que en determinadas áreas de la vida sigo siendo un polluelo.
Pero es precisamente éste último dato el que me pesa más cada año, porque cada año sube la cifra de "... años sin haber besado a alguien", "... años sin un peor es nada", "... años sin sexo", etc. Y en ese sentido me parece que el número se vuelve ridiculamente grande e inmencionable en cuanto a esto hechos no ocurridos.

No celebré mi cumpleaños; no tuve tiempo porque estuve en la escuela, estuve cansado y la verdad es que nunca lo celebro; mi religión me prohíbe hacer fiestas (ja).
Realmente siento que no tengo mucho que celebrar, en otros años me he dedicado algún tiempo solito y me he consentido un poco, pero ahora no pude. Tampoco sufro mucho por no haberlo hecho este año, es muy X.

Y así están las cosas, un año más viejo.


P.D. ¿Podría acaso considerarlo mi cumpleaños de plata?



P.D.(2) ¿Dejaré de ser de chocolate para volverme niño de plata?
P.D. (3) ¿O le copio a los halcones galácticos y me vuelvo niño de cobre? XD
P.D. (4) ¿Debería dejar de decir tantas burradas en los postdatas?
P.D. (5) ¿Debería escribir menos postdatas? XD






martes, octubre 06, 2009

Por el nombre empieza

Hace como una semana intenté escribir un post. Era un tema muy detallado, muy elaborado, muy extenso y, para no variar, muy depresivo. Y así con esas intenciones lo empecé, pero el escrito fue tan largo que ya cuando lo iba terminando se me había pasado la depresión, entonces opté por ya no postearlo porque me parecía una burrada.

Por eso he considerado que sería conveniente empezar con post más breves. Éste es uno. No es algo mu elaborado pero quiero ponerlo antes de que se me olvide. Ésto se titula:

"Por el nombre empieza"
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En este semestre me tocó escoger horario de clases a voluntad, y como quedé en varios grupos me dio oportunidad de conocer, de abarcar más personas. Entre el montón de personas (personas poco importantes) me tocó una clase con un chavo que ... me gustaba. Lo vi, creo, desde el primer día de escuela hace un año y me gustó; pero nunca supe su nombre.

Y por alguna extraña razón metafísica el nombre es importante para mí; creo que me permite invocarlo, repetirlo obsesivamente como mantra o algo así. Resulta pues, que éste semestre ya sé su nombre y... sí... me empieza a gustar, y ...ya empiezo a ver razgos de obsesión en mí.

Claro, si yo fuera una persona normal el conocerlo, tomar clase con él y saber su nombre sería un primer paso para el acercamiento, pero no, soy un ser bien pinche extraño y con base en las evidencias de mi comportamiento en los últimos 25 les aseguro que no va a pasar absolutamente nada, ni le voy a hablar.
Conque, declaro oficialmente iniciada la temporada de obsesiones(Bienvenidos a esta montaña rusa obsesiva :P).






Ilusiones



El otro día me hice unas ilusiones tremendas.
Fueron de alto vuelo, muy oníricas y bonitas fantasía a ojo abierto; y entonces subí y subí hacia las nubes con alitas de cera.
Duré como 30 minutos con las ilusiones, y la realidad me bajó al piso y ¡chingao! me dolió la caída.
Pero en fin, es la realidad.
Esas cosas con las que me ilusiono, las que me imagino, no me pasan a mí.






domingo, agosto 30, 2009

De la chamba y otros horarios

Como he andado muy ausente de estos rumbos me faltó hablar de algunos detallitos que han o no han cambiado en las últimas semanas.

Primero, ¿Qué ocurrió con mi horario de lunes a domingo durante tres semanas en la chamba?
Bueno, pues se redujo, afortunadamente, a solo dos semanas; a mi compañero lo dieron de alta y después de su primer chequeo ya se sentía con fuerzas para volver al trabajo, así que volvió. Inmediatamente después de haber acabado mi tortura laboral no llegó para mí el decanso, esto debido a que mi semestre iniciaba justo esa semana en que volvió mi compañero de trabajo, ergo tuve que ir inmeditamente a clases. Sin embargo, sin embargo, me dió la concha y juzgué meritorio unos días de descanso; digo, después de semejante friega toca semejante descanso y me agarré 2 días de juerga y destrampe ( dormir y acabar el juego de zelda que dejé a medias).





Segundo, ¿Qué tal la escuela?
Ah, pues bien, gracias. Pos figúrense ustedes que ya voy en el feliz tercer semestre de mi feliz carrera de diseño (no es sarcasmo, juro que es lo único que me mantiene levemente animado) y pues hay maestros nuevos, compañeros nuevos y horario nuevo. Y pues el horario que tengo es ligeramente audaz pues ahora voy los sábados a clases, no voy 2 días a la escuela y 2 días me la vivo en la escuela. Varias personas me han dicho que qué cosa más horrible eso de ir los sábados a clase, pero pues no pa' mí, yo feliz. Son los 2 mejores maestros que tengo y son 2 de las materias que más me gustan, entonces es un día muy feliz pasarmela dibujando un sabadito en la mañana (además no tengo nada parecido a una vida social que se vea interrumpida por ello).





Tercero, ¿Clases los sábados?¿No trabajabas los sábados?

Pues fíjense que ya no tengo trabajo de fines de semana. Sip, así como lo leen... aunque... tal vez no sea tal cual se lo imaginan. No agarré valor para renunciar y todavía no he conseguido la beca para poder desafanarme del trabajo, y en contraposición yo tenía unas ganas endemoniadas de tomar las clases que tomo los sábados, pero pos no me checaba el horario de las clases con la de la chamba. Entonces decidí hacer un movimiento arriesgado y preguntarle al ogro de mi jefe si me dejaría catafixiar (intercambiar) mi sábado de trabajo por otro día entre semana. A lo que mi jefe respondió: "Fi fai fo fum... pues arreglalo con tu compañero, por mí no hay problema". Luego lueguito lo arreglé con mi compañero y sí se pudo; al parecer sí le convenía hacer el cambio, aunque tal vez, él y mi jefe, lo hayan hecho más como agradecimiento por que me fleté 2 semanas trabajando sin protestar, así que... bendita sea la gratitud.





Y como ya dije lo que tenía que decir, y no hay novedad, y ya son las 11 y todo sereno, pos ya me voy. A'i se ven.



P.D. Cuarto ¿y la depre?
Pos ahí la llevo, la voy toreando a ratitos y a veces me da de cornadas; pero que no panda el cúnico, todo está bajo control.
Estaba yo pensando en las razones por las que me he deprimido más ultimamente, pero son muy subjetivas, muy variadas y hartas en número, así que mejor le dedico un post completito (sí, otro post depresivo :P). Pero luego.